miércoles, 16 de febrero de 2011

El  insider trading es la negociación en el mercado de valores haciendo un uso indebido de  información privilegiada. Llamamos iniciados a los que poseen la información privilegiada, habitualmente los administradores de las sociedades cotizadas y quienes les prestan servicios de inversión o de asesoría. El insider trading lesiona la confianza de los inversores en el mercado de valores. Les hace percibir la falta de equidad que supone que unos negocien con informaciones relevantes para la cotización de las que no disponen los demás inversores. 


Una información es privilegiada cuando su divulgación haría variar la cotización de los valores a los que la información se refiere. Con el fin de proteger la integridad del mercado se prohíbe negociar con información privilegiada. También pueden negociar directamente sobre la información o falsearla enviando rumores al mercado que hagan variar la cotización de los títulos.

 

La ley prohíbe determinadas conductas a quienes disponen de información privilegiada. Tienen prohibido preparar o realizar operaciones sobre los valores afectados por la información privilegiada, pero también tienen prohibido comunicar la información privilegiada a un tercero, ya sea un familiar, un amigo u otra persona, haciendo que sea el tercero quien negocie los valores. 
Las sanciones por el abuso de información privilegiada son bastante duras. Al infractor se le sanciona con multas que puede llegar hasta los 300.000 euros o cinco veces el beneficio obtenido. Los casos más graves de insider trading, en los que la ventaja obtenida supere los 600.000 euros, se sancionan como delitos hasta con seis años de cárcel. Pero se sanciona sólo a aquellas personas que son conscientes del carácter privilegiado de la información que manejan. Por esta razón, no hay insider trading cuando operamos con meros rumores o con información escuchada por casualidad de personas que desconocemos. Este sería el supuesto de haber escuchado en un restaurante la conversación de los vecinos de mesa sobre el anuncio de un pago importante de dividendo por parte de una sociedad cotizada, utilizando esa información para ordenar una compra.  

El uso de información privilegiada es, desgraciadamente, una práctica habitual, como se demuestra en el hecho de que una buena parte de las empresas cotizadas suele experimentar movimientos importantes en los días previos a una gran operación.
Es una práctica muy fácil de detectar, pero muy difícil de probar, ya que las operaciones se realizan generalmente a través de intermediarios, amigos o familiares.
Los casos que se consiguen probar son sólo la cúspide de la pirámide de esta perversa práctica, sobre todo porque estamos en una sociedad donde la información se multiplica, son muchos los que la manejan y los canales por los que transcurre son incontrolables. España fue de las primeras en la creación de la Unidad de Vigilancia de los Mercados (1997) y en transponer la directiva europea sobre abuso de mercado.
Los datos de los que disponemos proceden, por tanto, de las comunicaciones enviadas por los insiders a la CNMV, las cuales se recogen en la base de datos históricos sobre las operaciones de iniciados diseñada por la División de Estudios de la CNMV.



Se trata, no obstante, de una labor compleja, dado que los datos que publica la CNMV en el caso español, o la SEC en el mercado estadounidense, no son suñcientes. A partir de la información recibida por estas comisiones pueden determinarse ciertas circunstancias, como operaciones realizadas en caso de ofertas públicas de acciones (OPAs), operaciones relacionadas con el ejercicio de opciones o de planes de compensación de directivos, regalos, conversiones e intercambios de acciones de la empresa.
En España los datos obtenidos de la CNMV no permiten delimitar con nitidez la motivación de estas operaciones. Los registros de comunicaciones no contienen esta información de forma uniforme, ya que en numerosas ocasiones los comunicantes no responden al apartado donde se les consulta sobre cuáles son las razones de su inversión.

En conclusión es que el insider trading es imposible de medir con un método único e infalible, y según los mercados y el momento temporal estos valores varían. En definitiva al ser información privilegiada y esta varía continuamente no se puede medir, pero esto está constantemente en las operaciones como se pueden ver en varios ejemplos, como el de las compañías opadas, vienen subiendo una media del 10% en los días previos al anuncio de la oferta.

Para concluir voy a dejar un vídeo en ingles para los poliglotas que quieran seguir informándose sobre este asunto.









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